La ciudad sumergida
Había una vez un viejo pescador que tenía una choza junto a la playa, tenía una barca que se llamaba "Tormenta" y una hija que se llamaba Celiana. Celiana iba siempre con su padre para ayudarle en los trabajos de la pesca. Una tarde, Celiana y su padre estaban pescando. De pronto, las aguas comenzaron a agitarse y, del fondo del mar, subió un jabalí, blanco como la espuma de las olas. El Jabalí Blanco les dijo: "Hace muchísimos años, mi ciudad fue encantada... Y, desde entonces, está sumergida en el fondo del mar. Celiana, hemos sabido que tú puedes romper este encantamiento." "¿Qué debo hacer?, preguntó la niña. El Jabalí Blanco le contestó: "Tienes que pasar tres pruebas: la primera consiste en acompañarme al fondo del mar; la segunda, no hablar ni una sola palabra durante tres días; y la tercera, no acariciar a ninguno de los animales que veas en la ciudad." "De acuerdo", exclamó Celiana.
La niña dijo adiós a su padre, montó en el Jabalí Blanco y, poco después, se hundieron en el mar. Al cabo de un rato, el Jabalí le dijo: "Toma este jarro de oro y llénalo de agua. Si consigues pasar las pruebas, echarás unas gotas de esta agua sobre cada animal que veas." Celiana dijo que sí con la cabeza, llenó el jarro y lo colgó al cuello del Jabalí. El viaje por el fondo del mar fue largo y hermoso: rodeados por bandadas de peces sierra, los peces martillo y los peces hacha. Celiana quería preguntar muchas cosas; pero recordaba que no podía hablar y, con gestos, mostraba su admiración.
A lo lejos se distinguía ya la Ciudad Sumergida. Mil torres de diferentes formas y tamaños se recortaban en aquel cielo de aguas verdes. Celiana le puso por nombre "La Ciudad de las Mil Torres". Como era de noche, las calles de la ciudad estaban desiertas. En las aceras había luciérnagas para alumbrar el camino. El Jabalí Blanco dejó a Celiana en una de las casas y se despidió de ella. La niña entró en una habitación toda amueblada con caracolas marinas. Al poco rato, dos perritas blancas le trajeron la cena y todo lo que necesitaba para pasar la noche. La niña recordó su promesa y les dio las gracias con un gesto.
Al día siguiente, Celiana salió a pasear. Por las calles sólo se veían animales silenciosos y cabizbajos. Algunos iban llorando y gruesos lagrimones caían de sus ojos. Celiana quería correr a consolarlos; pero pensó que les ayudaría más si cumplía su promesa. Le costó mucho trabajo; pero durante tres días no habló ni acarició a nadie. Celiana esperó impaciente a que amaneciera el cuarto día. Entonces, se levantó y tomó el jarro de oro. Cuando las dos perritas trajeron su desayuno, les echó unas gotas de agua; inmediatamente se convirtieron en los hermosas jóvenes. Sin decir palabra, la niña salió a la calle y fue echando agua sobre todos los animales que encontraba. Y todos se iban convirtiendo en hombres y mujeres, en niñas y niños, según lo que fueran antes del encantamiento. Al fin, la Ciudad de las Mil Torres se elevó sobre las aguas. Celiana gritaba, reía, daba volteretas por el suelo... ¡Tenía tantas ganas de hablar! La ciudad era tan hermosa, las gentes eran allí tan felices que ... Celiana y su padre se quedaron a vivir en la Ciudad de las mil Torres.
jueves, 27 de noviembre de 2008
LA EXPLATACION DE ARBOLES
Explotación de los bosques.
A
unque el área forestal mundial ha estado disminuyendo durante siglos, recién en la segunda mitad del siglo veinte el proceso se aceleró hasta alcanzar proporciones alarmantes. A partir de 1960 ha habido un gran cambio en el ritmo que los bosques tropicales están siendo eliminados. En cambio, el área de bosque templado de los países desarrollados aumentó en un 0,1 por ciento en la década del 80 (anónimo, 1996). Canadá, por ejemplo, fue testigo de un neto aumento en su cobertura forestal, que pasó de 416,2 millones de hectáreas a fines de la década del 80 a 417,6 millones en 1997, lo que representa un aumento de 1,4 millones de hectáreas (Lowe y col., 1994; Servicio Forestal de Canadá, 1998).
¿Qué cantidad de bosques se perdió debido a la deforestación? La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 1997) ha calculado que la explotación de los bosques se produjo a razón de 15,5 millones de hectáreas por año durante el período de 1980 a 1990 en los países en vías de desarrollo y de 13,7 millones de hectáreas entre 1990 y 1995. El área forestal total perdida durante el período de 15 años fue de aproximadamente 200 millones de hectáreas. Para poner esta cifra en perspectiva, hay que considerar que 200 millones de hectáreas es superior a la superficie total de México o Indonesia.
La FAO (Drigo, 1997) informa que el cambio producido en la cubierta forestal en África entre 1980 y 1990 se debe principalmente al desmonte de los bosques para dar lugar a la agricultura de pequeñas fincas y a la agricultura o el pastoreo permanentes, con una lenta y progresiva degradación debida a la recolección de leña. Se considera que la presión ejercida por las poblaciones rurales fue la principal fuerza que motivó estos cambios. En contraste con ello, en América Latina se ha presenciado un cambio hacia la agricultura permanente y la cría de ganado, asociados a menudo con asentamientos de población y proyectos de infraestructura. En Asia, la situación es más compleja, con vastos programas de reasentamiento, producción maderera intensiva, expansión de la agricultura comercial y la propogación continua de la agricultura migratoria en los bosques restantes. En Asia se llevó a cabo la conversión en gran escala de los bosques forestales a plantaciones, tanto forestales como agrícolas (por ejemplo, caucho, aceite de palma).
La tragedia reside en el hecho de que la mayor parte de estas tierras deforestadas no son aptas para la agricultura o el pastoreo a largo plazo y se degradan rápidamente una vez que los bosques han sido cortados y quemados. En efecto, son escasas las tierras forestales en los trópicos que todavía conservan la posibilidad de permitir la agricultura sostenible.
La mayor parte de la explotación de los árboles se concentra en relativamente pocos países. Los 10 principales países deforestadores son responsables de la pérdida de 7,4 millones de hectáreas de bosques o alrededor del 50 por ciento de toda la deforestación anual, lo que permite suponer que si se produjeran cambios fundamentales en la utilización de la tierra en estos países ello tendría un impacto fuerta en la reducción de la destrucción forestal.
A pesar de la aparente precisión de las cifras mencionadas para los porcentajes de la deforestación, no se conoce el área exacta de bosque que se pierde cada año. La exactitud de los cálculos se ve obstaculizada por la falta de mapas sobre la secuencia temporal del uso de la tierra, la variación en las normas utilizadas para la clasificación de zonas forestales y no forestales, la inadecuada verificación en el terreno de las imágenes de satélite y la debilidad institucional de los ministerios forestales de todo el mundo.
El monitoreo de la deforestación ha mejorado en los últimos años, pero todavía está lejos de ser aceptable. Las estimaciones sobre su magnitud son probablemente conservadores y subestiman el porcentaje de cubierta forestal perdida. La FAO, organismo de las Naciones Unidas responsable de la recopilación y publicación de estadísticas, depende en gran medida de la información proporcionada por los ministerios de recursos forestales de cada país que presenta los datos. La información es a menudo inexacta, basada en antiguos inventarios de datos sobre bosques y uso de la tierra, y a veces está moderada por motivaciones políticas y de seguridad nacional. Lamentablemente, debe ejercerse mucha cautela cuando se extraen conclusiones sobre la extensión de la deforestación en el plano nacional y regional a partir de los datos disponibles corrientemente.
Este problema podría solucionarse estableciendo una organización independiente que realice evaluaciones periódicas de la cubierta forestal utilizando tecnologías modernas de teledetección. Combinadas con un análisis de los impactos de los programas de desarrollo (construcción de infraestructura o proyectos de asentamientos), estas evaluaciones pueden ayudar a los responsables de la toma de decisiones a comprender las consecuencias de sus acciones sobre la base de recursos forestales de su país.
A
unque el área forestal mundial ha estado disminuyendo durante siglos, recién en la segunda mitad del siglo veinte el proceso se aceleró hasta alcanzar proporciones alarmantes. A partir de 1960 ha habido un gran cambio en el ritmo que los bosques tropicales están siendo eliminados. En cambio, el área de bosque templado de los países desarrollados aumentó en un 0,1 por ciento en la década del 80 (anónimo, 1996). Canadá, por ejemplo, fue testigo de un neto aumento en su cobertura forestal, que pasó de 416,2 millones de hectáreas a fines de la década del 80 a 417,6 millones en 1997, lo que representa un aumento de 1,4 millones de hectáreas (Lowe y col., 1994; Servicio Forestal de Canadá, 1998).
¿Qué cantidad de bosques se perdió debido a la deforestación? La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 1997) ha calculado que la explotación de los bosques se produjo a razón de 15,5 millones de hectáreas por año durante el período de 1980 a 1990 en los países en vías de desarrollo y de 13,7 millones de hectáreas entre 1990 y 1995. El área forestal total perdida durante el período de 15 años fue de aproximadamente 200 millones de hectáreas. Para poner esta cifra en perspectiva, hay que considerar que 200 millones de hectáreas es superior a la superficie total de México o Indonesia.
La FAO (Drigo, 1997) informa que el cambio producido en la cubierta forestal en África entre 1980 y 1990 se debe principalmente al desmonte de los bosques para dar lugar a la agricultura de pequeñas fincas y a la agricultura o el pastoreo permanentes, con una lenta y progresiva degradación debida a la recolección de leña. Se considera que la presión ejercida por las poblaciones rurales fue la principal fuerza que motivó estos cambios. En contraste con ello, en América Latina se ha presenciado un cambio hacia la agricultura permanente y la cría de ganado, asociados a menudo con asentamientos de población y proyectos de infraestructura. En Asia, la situación es más compleja, con vastos programas de reasentamiento, producción maderera intensiva, expansión de la agricultura comercial y la propogación continua de la agricultura migratoria en los bosques restantes. En Asia se llevó a cabo la conversión en gran escala de los bosques forestales a plantaciones, tanto forestales como agrícolas (por ejemplo, caucho, aceite de palma).
La tragedia reside en el hecho de que la mayor parte de estas tierras deforestadas no son aptas para la agricultura o el pastoreo a largo plazo y se degradan rápidamente una vez que los bosques han sido cortados y quemados. En efecto, son escasas las tierras forestales en los trópicos que todavía conservan la posibilidad de permitir la agricultura sostenible.
La mayor parte de la explotación de los árboles se concentra en relativamente pocos países. Los 10 principales países deforestadores son responsables de la pérdida de 7,4 millones de hectáreas de bosques o alrededor del 50 por ciento de toda la deforestación anual, lo que permite suponer que si se produjeran cambios fundamentales en la utilización de la tierra en estos países ello tendría un impacto fuerta en la reducción de la destrucción forestal.
A pesar de la aparente precisión de las cifras mencionadas para los porcentajes de la deforestación, no se conoce el área exacta de bosque que se pierde cada año. La exactitud de los cálculos se ve obstaculizada por la falta de mapas sobre la secuencia temporal del uso de la tierra, la variación en las normas utilizadas para la clasificación de zonas forestales y no forestales, la inadecuada verificación en el terreno de las imágenes de satélite y la debilidad institucional de los ministerios forestales de todo el mundo.
El monitoreo de la deforestación ha mejorado en los últimos años, pero todavía está lejos de ser aceptable. Las estimaciones sobre su magnitud son probablemente conservadores y subestiman el porcentaje de cubierta forestal perdida. La FAO, organismo de las Naciones Unidas responsable de la recopilación y publicación de estadísticas, depende en gran medida de la información proporcionada por los ministerios de recursos forestales de cada país que presenta los datos. La información es a menudo inexacta, basada en antiguos inventarios de datos sobre bosques y uso de la tierra, y a veces está moderada por motivaciones políticas y de seguridad nacional. Lamentablemente, debe ejercerse mucha cautela cuando se extraen conclusiones sobre la extensión de la deforestación en el plano nacional y regional a partir de los datos disponibles corrientemente.
Este problema podría solucionarse estableciendo una organización independiente que realice evaluaciones periódicas de la cubierta forestal utilizando tecnologías modernas de teledetección. Combinadas con un análisis de los impactos de los programas de desarrollo (construcción de infraestructura o proyectos de asentamientos), estas evaluaciones pueden ayudar a los responsables de la toma de decisiones a comprender las consecuencias de sus acciones sobre la base de recursos forestales de su país.
HISTORIA DE LA ONU
Historia de la ONU
E
l nombre de "nACIONES uNIDAS", acuñado por el Presidente de los ESTADOS UNIDOS FRANKLIN D. ROOSEVELT, se utilizó por primera vez el 1 ° de enero de 1942, en plena segunda guerra mundial, cuando representantes de 26 naciones aprobaron la "dECLARACIÓN DE LAS nACIONES uNIDAS", en virtud de la cual sus respectivos gobiernos se comprometían a seguir luchando juntos contra las Potencias del Eje.
Las primeras organizaciones internacionales establecidas por los Estados tenían por objeto cooperar sobre cuestiones específicas. La Unión Internacional de Telecomunicaciones fue fundada en 1865 bajo la denominación de Unión Telegráfica Internacional, y la Unión Postal Universal se creó en 1874. Hoy día son organismos especializados de las Naciones Unidas
En 1899 se celebró en LA HAYA la primera Conferencia Internacional de la Paz con el objeto de elaborar instrumentos que permitieran resolver pacíficamente las crisis, evitar la guerra y codificar normas de conducta en tiempo de guerra. La Conferencia aprobó la Convención para el arreglo pacifico de los conflictos internacionales y estableció la Corte Permanente de Arbitraje, que comenzó a operar en 1902.
El precursor de las Naciones Unidas fue la Sociedad de las Naciones, organización concebida en similares circunstancias durante la primera guerra mundial y establecida en 1919, de conformidad con el Tratado de Versalles, "PARA PROMOVER LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y CONSEGUIR LA PAZ Y LA SEGURIDAD". También en el marco del Tratado de Versalles se creó la Organización Internacional del Trabajo como organismo afiliado a la Sociedad de las Naciones. La Sociedad de las Naciones cesó su actividad al no haber conseguido evitar la segunda guerra mundial.
En 1945, representantes de 50 países se reunieron en SAN FRANCISCO en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, para redactar la Carta de las Naciones Unidas. Los delegados deliberaron sobre la base de propuestas preparadas por los representantes de CHINA, LA UNIÓN SOVIÉTICA, EL REINO UNIDO, Y LOS ESTADOS UNIDOS en DUMBARTON OAKS, ESTADOS UNIDOS, entre agosto y octubre de 1944. La Carta fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de los 50 países. POLONIA, que no estuvo representada, la firmó mas tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados Miembros fundadores.
Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera ratificada POR CHINA, FRANCIA, LA UNIÓN SOVIÉTICA, EL REINO UNIDO, LOS ESTADOS UNIDOS y la mayoría de los demás signatarios. El Día de las Naciones Unidas se celebra todos los años en esa fecha.
Algunos de los Mayores Logros de la ONU
Mantenimiento de la paz y la seguridad
Construir la paz
Promoción de la democracia
Promoción del desarrollo
Promoción de los derechos humanos
Protección del medio ambiente
Impedir la proliferación nuclear
Promoción de la autodeterminación y la independencia
Fortalecimiento de la ley internacional
Pronunciamiento sobre soluciones judiciales de diferencias importantes a escala internacional
Pronunciamiento sobre soluciones judiciales de diferencias importantes a escala internacional
Fin del apartheid en SUDÁFRICA
Proporcionar ayuda humanitaria a las víctimas de conflictos armados
Asistencia a los refugiados palestinos
Alivio del hambre crónico y la pobreza rural en países en desarrollo
Prioridad al desarrollo de África
Promoción de los derechos de la mujer
Suministro de agua potable segura
Durante la última década, organismos de la ONU han trabajado para hacer llegar agua potable segura a 1.300 millones de personas en zonas rurales
Erradicación de la viruela
Presión para lograr la inmunización universal
Reducción de la tasa de mortalidad infantil
Resumen
La Unión Internacional de Telecomunicaciones fue fundada en 1865 bajo la denominación de Unión Telegráfica Internacional, y la Unión Postal Universal se creó en 1874. Hoy día son organismos especializados de las Naciones Unidas.
El precursor de las Naciones Unidas fue la Sociedad de las Naciones, organización concebida en similares circunstancias durante la primera guerra mundial y establecida en 1919, de conformidad con el Tratado de Versalles, "PARA PROMOVER LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y CONSEGUIR LA PAZ Y LA SEGURIDAD". También en el marco del Tratado de Versalles se creó la Organización Internacional del Trabajo como organismo afiliado a la Sociedad de las Naciones. La Sociedad de las Naciones cesó su actividad al no haber conseguido evitar la segunda guerra mundial.
Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera ratificada por CHINA, FRANCIA, LA UNIÓN SOVIÉTICA, EL REINO UNIDO, LOS ESTADOS UNIDOS y la mayoría de los demás signatarios.
E
l nombre de "nACIONES uNIDAS", acuñado por el Presidente de los ESTADOS UNIDOS FRANKLIN D. ROOSEVELT, se utilizó por primera vez el 1 ° de enero de 1942, en plena segunda guerra mundial, cuando representantes de 26 naciones aprobaron la "dECLARACIÓN DE LAS nACIONES uNIDAS", en virtud de la cual sus respectivos gobiernos se comprometían a seguir luchando juntos contra las Potencias del Eje.
Las primeras organizaciones internacionales establecidas por los Estados tenían por objeto cooperar sobre cuestiones específicas. La Unión Internacional de Telecomunicaciones fue fundada en 1865 bajo la denominación de Unión Telegráfica Internacional, y la Unión Postal Universal se creó en 1874. Hoy día son organismos especializados de las Naciones Unidas
En 1899 se celebró en LA HAYA la primera Conferencia Internacional de la Paz con el objeto de elaborar instrumentos que permitieran resolver pacíficamente las crisis, evitar la guerra y codificar normas de conducta en tiempo de guerra. La Conferencia aprobó la Convención para el arreglo pacifico de los conflictos internacionales y estableció la Corte Permanente de Arbitraje, que comenzó a operar en 1902.
El precursor de las Naciones Unidas fue la Sociedad de las Naciones, organización concebida en similares circunstancias durante la primera guerra mundial y establecida en 1919, de conformidad con el Tratado de Versalles, "PARA PROMOVER LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y CONSEGUIR LA PAZ Y LA SEGURIDAD". También en el marco del Tratado de Versalles se creó la Organización Internacional del Trabajo como organismo afiliado a la Sociedad de las Naciones. La Sociedad de las Naciones cesó su actividad al no haber conseguido evitar la segunda guerra mundial.
En 1945, representantes de 50 países se reunieron en SAN FRANCISCO en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, para redactar la Carta de las Naciones Unidas. Los delegados deliberaron sobre la base de propuestas preparadas por los representantes de CHINA, LA UNIÓN SOVIÉTICA, EL REINO UNIDO, Y LOS ESTADOS UNIDOS en DUMBARTON OAKS, ESTADOS UNIDOS, entre agosto y octubre de 1944. La Carta fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de los 50 países. POLONIA, que no estuvo representada, la firmó mas tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados Miembros fundadores.
Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera ratificada POR CHINA, FRANCIA, LA UNIÓN SOVIÉTICA, EL REINO UNIDO, LOS ESTADOS UNIDOS y la mayoría de los demás signatarios. El Día de las Naciones Unidas se celebra todos los años en esa fecha.
Algunos de los Mayores Logros de la ONU
Mantenimiento de la paz y la seguridad
Construir la paz
Promoción de la democracia
Promoción del desarrollo
Promoción de los derechos humanos
Protección del medio ambiente
Impedir la proliferación nuclear
Promoción de la autodeterminación y la independencia
Fortalecimiento de la ley internacional
Pronunciamiento sobre soluciones judiciales de diferencias importantes a escala internacional
Pronunciamiento sobre soluciones judiciales de diferencias importantes a escala internacional
Fin del apartheid en SUDÁFRICA
Proporcionar ayuda humanitaria a las víctimas de conflictos armados
Asistencia a los refugiados palestinos
Alivio del hambre crónico y la pobreza rural en países en desarrollo
Prioridad al desarrollo de África
Promoción de los derechos de la mujer
Suministro de agua potable segura
Durante la última década, organismos de la ONU han trabajado para hacer llegar agua potable segura a 1.300 millones de personas en zonas rurales
Erradicación de la viruela
Presión para lograr la inmunización universal
Reducción de la tasa de mortalidad infantil
Resumen
La Unión Internacional de Telecomunicaciones fue fundada en 1865 bajo la denominación de Unión Telegráfica Internacional, y la Unión Postal Universal se creó en 1874. Hoy día son organismos especializados de las Naciones Unidas.
El precursor de las Naciones Unidas fue la Sociedad de las Naciones, organización concebida en similares circunstancias durante la primera guerra mundial y establecida en 1919, de conformidad con el Tratado de Versalles, "PARA PROMOVER LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y CONSEGUIR LA PAZ Y LA SEGURIDAD". También en el marco del Tratado de Versalles se creó la Organización Internacional del Trabajo como organismo afiliado a la Sociedad de las Naciones. La Sociedad de las Naciones cesó su actividad al no haber conseguido evitar la segunda guerra mundial.
Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera ratificada por CHINA, FRANCIA, LA UNIÓN SOVIÉTICA, EL REINO UNIDO, LOS ESTADOS UNIDOS y la mayoría de los demás signatarios.
el risueño
El ruiseñor y la rosa
ΏDijo ella que bailaría conmigo si le llevaba unas rosas rojas – exclamó el joven estudiante –; pero no hay en todo mi jardín una sola rosa roja. Desde su nido de la encina oyóle el ruiseñor; miró por entre las hojas asombrado. – ¡No hay una sola rosa roja en todo mi jardín! – gritaba el estudiante. Y sus bellos ojos se llenaban de lágrimas.– ¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído todo cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la Filosofía y tengo que sentirme desdichado por falta de una rosa roja. «He aquí, por fin, el verdadero enamorado – se dijo el ruiseñor –. Le he cantado todas las noches, aun sin conocerle; noche tras noche he contado su historia a las estrellas, y ahora le veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto, y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión ha tornado su rostro pálido como el marfil, y 1a tristeza le ha marcado en la frente con su sello.»
Ώ– El príncipe da un baile mañana por la noche – murmuraba el joven estudiante –, y mi adorada asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer.
Si le llevo una rosa roja, la estrecharé en mis brazos. Reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano descansará en la mía. Pero como no hay rosas rojas en mi jardín, tendré que estar solo y ella no me hará caso ninguno. No se fijará en mí para nada y mi corazón se desgarrará. «He aquí el verdadero enamorado – se dijo el ruiseñor –. Sufre todo lo que canto; todo lo que es alegría para mí, para él es dolor. Realmente el amor es una cosa maravillosa; es más precioso que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y granadas no pueden comprarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede comprarse al vendedor ni tampoco pesarlo en la balanza para el oro.» – Los músicos estarán en su estrado – decía el joven estudiante –. Tocarán sus instrumentos y mi adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente que sus pies no tocarán el suelo, y los cortesanos, con sus alegres atavíos, la rodearán solícitos. Pero conmigo no bailará, porque no tengo rosa roja que darle. Y dejándose caer en el césped escondió su cara en sus manos y lloró.
Ώ¿Por qué llora? – preguntó una lagartija verde correteando cerca de él con su cola levantada. – Sí, ¿por qué? – dijo una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol. – Eso es, ¿por qué? – murmuró una margarita a su vecina con una dulce vocecilla. – Llora por una rosa roja – dijo el ruiseñor. – ¿Por una rosa roja? – exclamaron –. ¡Qué ridiculez! Y la lagartija, que era algo cínica, se echó a reír con todas sus ganas. Pero el ruiseñor, que comprendía el secreto de la pena del estudiante, permaneció silencioso en la encina, reflexionando en el misterio del amor. De pronto desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el bosque como una sombra, y como una sombra cruzó el jardín. En el centro del prado se levantaba un hermoso rosal, y al verlo voló hacia él y se posó sobre una ramita. - Dame una rosa roja – gritó – y te cantaré mi canción más dulce. Pero el rosal sacudió su cabeza. - Mis rosas son blancas – contestó –, tan blancas como la espuma del mar, más blancas que 1a nieve en la montaña. Pero ve en busca del hermano mío que crece alrededor del viejo reloj de sol y quizá él te dé lo que quieres.
ΏEl ruiseñor voló hacia el rosal que crecía en torno al viejo reloj de sol. – Dame una rosa roja – gritó – y te cantaré mi canción más dulce. Pero el rosal sacudió su cabeza. – Mis rosas son amarillas – respondió –, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un trono de ámbar y más amarillas que el narciso que florece en el prado, antes que llegue el segador con su hoz. Pero ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante y quizá él te dé lo que quieres.
ΏY el ruiseñor voló hacia el rosal que crecía debajo de la ventana del estudiante. – Dame una rosa roja – gritó – y te cantaré mi canción más dulce. Pero el rosal sacudió la cabeza. - Mis rosas son rojas – respondió –, tan rojas como las patas de las palomas y más rojas que los grandes abanicos de coral que el Océano mece en sus abismos. Pero el invierno ha helado mis venas, la escarcha ha marchitado mis botones, la borrasca ha partido mis ramas y no tendré ya rosas en todo este año. – No necesito más que una rosa roja – gritó el ruiseñor –, solo una rosa roja. ¿No hay ningún medio de que yo la consiga? – Hay un medio – respondió el rosal –, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo. – Dímelo – replicó el ruiseñor –. No tengo miedo. – Si quieres una rosa roja – dijo el rosal – tienes que hacerla con música, al claro de luna, y teñirla con la sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí, con el pecho apoyado en una espina. Cantarás para mí durante toda la noche y la espina te atravesará el corazón y la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en mi propia sangre. – La muerte es un alto precio para pagar una rosa roja – exclamó el ruiseñor –, y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el verde bosque y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Dulce es el olor del espino y dulces son las campanillas que se esconden en el valle y el brezo que crece en 1a colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida, ¿y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?. Entonces desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el jardín como una sombra, y como una sombra cruzó sobre la arboleda.
ΏEl joven estudiante permanecía tendido sobre el césped,. allí donde le dejó, y las lágrimas no se habían secado aún en sus bellos ojos. – ¡Sé feliz – gritó el ruiseñor –, sé feliz, tendrás tu rosa roja! La crearé con música aI claro de luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido en cambio es que seas un verdadero enamorado, porque el Amor es más sabio que la Filosofía, aunque esta lo sea, y más fuerte que el Poder, aunque este lo sea. Sus alas son llamas coloridas y su cuerpo color de fuego. Sus labios son dulces como la miel y su aliento es como el incienso. El estudiante levantó los ojos del césped y escuchó, pero no pudo comprender lo que le decía el ruiseñor, pues únicamente sabía las cosas que están escritas en 1os 1ibros. Pero la encina lo comprendió y se puso triste, porque amaba mucho al pequeño ruiseñor que había construido el nido en sus ramas. – Cántame una última canción – murmuró –. ¡Me quedaré tan triste cuando te vayas! Y el ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que burbujea en una jarra de plata.
ΏAl terminar su canción, el estudiante se levantó, sacó su cuadernito de notas y su lápiz del bolsillo. «Tiene estilo – se decía, paseándose por la alameda –, esto es innegable; pero ¿siente? Me temo que no. En realidad es como muchos artistas: todo estilo, sin nada de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la música y, como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente no puede negarse que su voz tiene notas muy bellas. ¡Qué lástima que todo eso no tenga sentido alguno o que no persiga ningún fin práctico!» Y entrando en su habitación, se acostó sobre su jergoncito y se puso a pensar en su amor, y al cabo de un momento se quedó dormido. Y cuando la luna brilló en los cielos, el ruiseñor voló al rosal y colocó su pecho contra una espina. Y toda la noche cantó con el pecho apoyado contra la espina, y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo escuchando. Cantó durante toda la noche, y la espina penetraba cada vez más en su pecho, y la sangre de su vida fluía de su pecho. Al principio cantó el nacimiento del amor en el corazón de un joven; y de una muchacha. Y sobre la rama más alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo por pétalo, canción tras canción. Primero era pálida como la bruma que flota sobre el río..., pálida como los pies de la mañana y argentada como las alas de la aurora. La rosa que florecía sobre la rama más alta del rosal parecía el reflejo de una rosa en un espejo de plata, el reflejo de una rosa en una laguna.
ΏPero el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra la espina. – ¡Apriétate más, pequeño ruiseñor – gritó el rosal –, o llegará el día antes que la rosa esté terminada! Y el ruiseñor se apretó más contra la espina, y su canto creció más sonoro, porque cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y de una virgen. Y un delicado rubor apareció sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que besa los labios de su prometida. Pero la espina no había llegado aún al corazón del ruiseñor, y el corazón de la rosa seguía blanco, porque solo la sangre de un ruiseñor puede colorear el corazón de una rosa. Y el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra la espina. – ¡Apriétate más”pequeño ruiseñor – gritó el rosal –, o llegará el día antes que la rosa esté terminada! Y el ruiseñor se apretó aún más contra la espina, y la espina tocó su corazón, y sintió en él un cruel espasmo de dolor. Cuanto más acerbo era su dolor, más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimizado por la muerte, el amor que no fenece en la tumba. Y la rosa maravillosa enrojeció como la rosa del cielo oriental. Purpúreo era el cerco de pétalos, y purpúreo como un rubí era el corazón.
ΏPero la voz del ruiseñor desfalleció y sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus ojos. Su canto se fue debilitando cada vez más y sintió que algo le cerraba la garganta. Entonces su canto tuvo un último estallido de música. La blanca luna le oyó; y, olvidándose de la aurora, se detuvo en el cielo. La rosa roja le oyó; tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío de la mañana. Eco le condujo hacia su caverna purpúrea de las colinas y despertó de sus sueños a los pastores dormidos. Flotó entre los cañaverales del río, que llevaron su mensaje al mar. – ¡Mira, mira! – gritó el rosal –. ¡Ya está terminada la rosa!
ΏPero el ruiseñor no respondía; yacía muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado por la espina. A mediodía el estudiante abrió su ventana y miró hacia afuera. – ¡Qué maravillosa obra de la suerte! – exclamó –. ¡He aquí una rosa roja! No he visto una rosa semejante en toda mi vida. Es tan bella que estoy seguro de que debe de tener un largo nombre en latín. E inclinándose la arrancó. Se puso el sombrero y corrió a casa del profesor con su rosa en la mano. La hija del profesor estaba sentada a la puerta; devanaba seda azul en un carrete, con un perrito echado a sus pies. – Dijisteis que bailaríais conmigo si os traía una rosa roja – dijo el estudiante –. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderéis cerca de vuestro corazón, y cuando bailemos juntos ella os dirá cuánto os amo.
ΏPero la joven frunció las cejas. – Temo que esta rosa no case con mi vestido – respondió –, y, además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y todos saben que las joyas cuestan más que las flores. – ¡Bien! ¡A fe mía que sois una ingrata! – dijo el estudiante con aspereza. Y tiró la rosa al arroyo, donde un pesado carro la aplastó. – ¡Ingrato! – dijo la joven –. Os diré que sois muy grosero, y, después de todo, ¿quién sois? Solamente un estudiante. No creo que tengáis hebillas de plata en los zapatos, como las del sobrino del chambelán.
ΏY levantándose de su silla se metió en la casa. «¡Qué tontería es el amor! – se decía el estudiante a su regreso –. No es ni la mitad de útil que la Lógica, porque no puede probar nada. Habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente no es nada práctico, y en nuestra época todo estriba en ser práctico. Voy a volver a la Filosofía y al estudio de la Metafísica.» Y ya de vuelta en su habitación, sacó un gran libro polvoriento y se puso a leer.
ΏDijo ella que bailaría conmigo si le llevaba unas rosas rojas – exclamó el joven estudiante –; pero no hay en todo mi jardín una sola rosa roja. Desde su nido de la encina oyóle el ruiseñor; miró por entre las hojas asombrado. – ¡No hay una sola rosa roja en todo mi jardín! – gritaba el estudiante. Y sus bellos ojos se llenaban de lágrimas.– ¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído todo cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la Filosofía y tengo que sentirme desdichado por falta de una rosa roja. «He aquí, por fin, el verdadero enamorado – se dijo el ruiseñor –. Le he cantado todas las noches, aun sin conocerle; noche tras noche he contado su historia a las estrellas, y ahora le veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto, y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión ha tornado su rostro pálido como el marfil, y 1a tristeza le ha marcado en la frente con su sello.»
Ώ– El príncipe da un baile mañana por la noche – murmuraba el joven estudiante –, y mi adorada asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer.
Si le llevo una rosa roja, la estrecharé en mis brazos. Reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano descansará en la mía. Pero como no hay rosas rojas en mi jardín, tendré que estar solo y ella no me hará caso ninguno. No se fijará en mí para nada y mi corazón se desgarrará. «He aquí el verdadero enamorado – se dijo el ruiseñor –. Sufre todo lo que canto; todo lo que es alegría para mí, para él es dolor. Realmente el amor es una cosa maravillosa; es más precioso que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y granadas no pueden comprarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede comprarse al vendedor ni tampoco pesarlo en la balanza para el oro.» – Los músicos estarán en su estrado – decía el joven estudiante –. Tocarán sus instrumentos y mi adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente que sus pies no tocarán el suelo, y los cortesanos, con sus alegres atavíos, la rodearán solícitos. Pero conmigo no bailará, porque no tengo rosa roja que darle. Y dejándose caer en el césped escondió su cara en sus manos y lloró.
Ώ¿Por qué llora? – preguntó una lagartija verde correteando cerca de él con su cola levantada. – Sí, ¿por qué? – dijo una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol. – Eso es, ¿por qué? – murmuró una margarita a su vecina con una dulce vocecilla. – Llora por una rosa roja – dijo el ruiseñor. – ¿Por una rosa roja? – exclamaron –. ¡Qué ridiculez! Y la lagartija, que era algo cínica, se echó a reír con todas sus ganas. Pero el ruiseñor, que comprendía el secreto de la pena del estudiante, permaneció silencioso en la encina, reflexionando en el misterio del amor. De pronto desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el bosque como una sombra, y como una sombra cruzó el jardín. En el centro del prado se levantaba un hermoso rosal, y al verlo voló hacia él y se posó sobre una ramita. - Dame una rosa roja – gritó – y te cantaré mi canción más dulce. Pero el rosal sacudió su cabeza. - Mis rosas son blancas – contestó –, tan blancas como la espuma del mar, más blancas que 1a nieve en la montaña. Pero ve en busca del hermano mío que crece alrededor del viejo reloj de sol y quizá él te dé lo que quieres.
ΏEl ruiseñor voló hacia el rosal que crecía en torno al viejo reloj de sol. – Dame una rosa roja – gritó – y te cantaré mi canción más dulce. Pero el rosal sacudió su cabeza. – Mis rosas son amarillas – respondió –, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un trono de ámbar y más amarillas que el narciso que florece en el prado, antes que llegue el segador con su hoz. Pero ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante y quizá él te dé lo que quieres.
ΏY el ruiseñor voló hacia el rosal que crecía debajo de la ventana del estudiante. – Dame una rosa roja – gritó – y te cantaré mi canción más dulce. Pero el rosal sacudió la cabeza. - Mis rosas son rojas – respondió –, tan rojas como las patas de las palomas y más rojas que los grandes abanicos de coral que el Océano mece en sus abismos. Pero el invierno ha helado mis venas, la escarcha ha marchitado mis botones, la borrasca ha partido mis ramas y no tendré ya rosas en todo este año. – No necesito más que una rosa roja – gritó el ruiseñor –, solo una rosa roja. ¿No hay ningún medio de que yo la consiga? – Hay un medio – respondió el rosal –, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo. – Dímelo – replicó el ruiseñor –. No tengo miedo. – Si quieres una rosa roja – dijo el rosal – tienes que hacerla con música, al claro de luna, y teñirla con la sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí, con el pecho apoyado en una espina. Cantarás para mí durante toda la noche y la espina te atravesará el corazón y la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en mi propia sangre. – La muerte es un alto precio para pagar una rosa roja – exclamó el ruiseñor –, y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el verde bosque y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Dulce es el olor del espino y dulces son las campanillas que se esconden en el valle y el brezo que crece en 1a colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida, ¿y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?. Entonces desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el jardín como una sombra, y como una sombra cruzó sobre la arboleda.
ΏEl joven estudiante permanecía tendido sobre el césped,. allí donde le dejó, y las lágrimas no se habían secado aún en sus bellos ojos. – ¡Sé feliz – gritó el ruiseñor –, sé feliz, tendrás tu rosa roja! La crearé con música aI claro de luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido en cambio es que seas un verdadero enamorado, porque el Amor es más sabio que la Filosofía, aunque esta lo sea, y más fuerte que el Poder, aunque este lo sea. Sus alas son llamas coloridas y su cuerpo color de fuego. Sus labios son dulces como la miel y su aliento es como el incienso. El estudiante levantó los ojos del césped y escuchó, pero no pudo comprender lo que le decía el ruiseñor, pues únicamente sabía las cosas que están escritas en 1os 1ibros. Pero la encina lo comprendió y se puso triste, porque amaba mucho al pequeño ruiseñor que había construido el nido en sus ramas. – Cántame una última canción – murmuró –. ¡Me quedaré tan triste cuando te vayas! Y el ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que burbujea en una jarra de plata.
ΏAl terminar su canción, el estudiante se levantó, sacó su cuadernito de notas y su lápiz del bolsillo. «Tiene estilo – se decía, paseándose por la alameda –, esto es innegable; pero ¿siente? Me temo que no. En realidad es como muchos artistas: todo estilo, sin nada de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la música y, como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente no puede negarse que su voz tiene notas muy bellas. ¡Qué lástima que todo eso no tenga sentido alguno o que no persiga ningún fin práctico!» Y entrando en su habitación, se acostó sobre su jergoncito y se puso a pensar en su amor, y al cabo de un momento se quedó dormido. Y cuando la luna brilló en los cielos, el ruiseñor voló al rosal y colocó su pecho contra una espina. Y toda la noche cantó con el pecho apoyado contra la espina, y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo escuchando. Cantó durante toda la noche, y la espina penetraba cada vez más en su pecho, y la sangre de su vida fluía de su pecho. Al principio cantó el nacimiento del amor en el corazón de un joven; y de una muchacha. Y sobre la rama más alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo por pétalo, canción tras canción. Primero era pálida como la bruma que flota sobre el río..., pálida como los pies de la mañana y argentada como las alas de la aurora. La rosa que florecía sobre la rama más alta del rosal parecía el reflejo de una rosa en un espejo de plata, el reflejo de una rosa en una laguna.
ΏPero el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra la espina. – ¡Apriétate más, pequeño ruiseñor – gritó el rosal –, o llegará el día antes que la rosa esté terminada! Y el ruiseñor se apretó más contra la espina, y su canto creció más sonoro, porque cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y de una virgen. Y un delicado rubor apareció sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que besa los labios de su prometida. Pero la espina no había llegado aún al corazón del ruiseñor, y el corazón de la rosa seguía blanco, porque solo la sangre de un ruiseñor puede colorear el corazón de una rosa. Y el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra la espina. – ¡Apriétate más”pequeño ruiseñor – gritó el rosal –, o llegará el día antes que la rosa esté terminada! Y el ruiseñor se apretó aún más contra la espina, y la espina tocó su corazón, y sintió en él un cruel espasmo de dolor. Cuanto más acerbo era su dolor, más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimizado por la muerte, el amor que no fenece en la tumba. Y la rosa maravillosa enrojeció como la rosa del cielo oriental. Purpúreo era el cerco de pétalos, y purpúreo como un rubí era el corazón.
ΏPero la voz del ruiseñor desfalleció y sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus ojos. Su canto se fue debilitando cada vez más y sintió que algo le cerraba la garganta. Entonces su canto tuvo un último estallido de música. La blanca luna le oyó; y, olvidándose de la aurora, se detuvo en el cielo. La rosa roja le oyó; tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío de la mañana. Eco le condujo hacia su caverna purpúrea de las colinas y despertó de sus sueños a los pastores dormidos. Flotó entre los cañaverales del río, que llevaron su mensaje al mar. – ¡Mira, mira! – gritó el rosal –. ¡Ya está terminada la rosa!
ΏPero el ruiseñor no respondía; yacía muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado por la espina. A mediodía el estudiante abrió su ventana y miró hacia afuera. – ¡Qué maravillosa obra de la suerte! – exclamó –. ¡He aquí una rosa roja! No he visto una rosa semejante en toda mi vida. Es tan bella que estoy seguro de que debe de tener un largo nombre en latín. E inclinándose la arrancó. Se puso el sombrero y corrió a casa del profesor con su rosa en la mano. La hija del profesor estaba sentada a la puerta; devanaba seda azul en un carrete, con un perrito echado a sus pies. – Dijisteis que bailaríais conmigo si os traía una rosa roja – dijo el estudiante –. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderéis cerca de vuestro corazón, y cuando bailemos juntos ella os dirá cuánto os amo.
ΏPero la joven frunció las cejas. – Temo que esta rosa no case con mi vestido – respondió –, y, además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y todos saben que las joyas cuestan más que las flores. – ¡Bien! ¡A fe mía que sois una ingrata! – dijo el estudiante con aspereza. Y tiró la rosa al arroyo, donde un pesado carro la aplastó. – ¡Ingrato! – dijo la joven –. Os diré que sois muy grosero, y, después de todo, ¿quién sois? Solamente un estudiante. No creo que tengáis hebillas de plata en los zapatos, como las del sobrino del chambelán.
ΏY levantándose de su silla se metió en la casa. «¡Qué tontería es el amor! – se decía el estudiante a su regreso –. No es ni la mitad de útil que la Lógica, porque no puede probar nada. Habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente no es nada práctico, y en nuestra época todo estriba en ser práctico. Voy a volver a la Filosofía y al estudio de la Metafísica.» Y ya de vuelta en su habitación, sacó un gran libro polvoriento y se puso a leer.
grafica de calificaciones
Aarón Daniel López | Alberto López Rubio | Baltasar López Vega | Bisabuelos | Tatarabuela | ||||||||||
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Maria Rubio Reyes | Bisabuelos | Tatarabuela | ||||||||||||
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Martha Sánchez Lara | Jesús Reina Rodríguez | Inocencio Reina | Tatarabuela | |||||||||||
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Reina Rodríguez | Tatarabuela | |||||||||||||
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Virginia Sánchez Lara | Simón Sánchez Sustaita | Tatarabuela | ||||||||||||
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Jacinta Lara Sibrian | Cruz Lara | |||||||||||||
Nieves Sibrian | ||||||||||||||
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un regalo

UN REGALO ETERNO
Hace tanto tiempo que ya casi nadie recuerda donde ni cuando, existió un pequeño reino regentado por un anciano soberano admirado y respetado por su sabiduría y estricto sentido de la justicia, así como por su generosidad, proverbiales, incluso, entre los reinos vecinos. Pero mayor era, aún si cabe, la admiración que despertaba su única hija, la joven princesa, pues, a su gran hermosura, unía una profunda inteligencia así como una exquisita sensibilidad que cultivaba con el estudio y la lectura de bellas poesías.
El anciano rey, viendo que la princesa no parecía mostrar interés por ninguno de los numerosos pretendientes que aspiraban a ganar su corazón, temía, dada su avanzada edad, no alcanzar a ver realizado su más ferviente deseo: ver asegurada la continuidad de su dinastía en un vástago. Por eso, un día, decidió confiar a su hija sus temores. La princesa que amaba y respetaba muy profundamente a su padre, tras unos momentos de reflexión, respondió: "Bien, padre. Acepto casarme y así satisfacer tu mayor deseo. Pero con una condición. Me casaré con aquél que, noble o vasallo, príncipe o plebeyo, rico o pobre sea capaz de hacerme un regalo muy especial. Un regalo que sea eterno."
El anciano monarca, que sintió renacer en él la esperanza, rápidamente mandó llenar las calles y plazas de su reino con pasquines y proclamas y emisarios a todos los reinos vecinos anunciando que todo aquél que lo desease, fuera cual fuera su condición, podía aspirar a la mano de la princesa y al trono, si su regalo era eterno. Pronto pudieron verse en aquel castillo, codeándose, unidos todos por un mismo anhelo, a príncipes, nobles, vasallos y plebeyos. Fuéronle ofrecidos los presentes más diversos y a cual más valioso. Pero, todos, uno a uno, fueron rechazados, ya que, de ninguno podía asegurarse fuera capaz de resistir el paso de la eternidad, pues, hasta las más duras tallas de cristal de roca eran vulnerables a un simple golpe o caída fortuita, así como a la acción del fuego. Poco a poco, el desánimo fue extendiéndose y a medida que transcurrían los días y disminuía el número de pretendientes, crecía el desasosiego del venerable anciano que, cada vez más, temía ver acabados sus días sin poder abrazar al sucesor de su linaje. Hacía ya largo tiempo que nadie se presentaba con presente alguno y ya nadie confiaba en ver desposada a la princesa, cuando se presentó un hombre, de humilde condición y sencilla apariencia, pidiendo ser conducido ante la princesa para hacerle entrega de su presente. Su aspecto provocó sonrisas y comentarios no exentos de cáustica ironía. Más, las ordenes eran concretas y precisas: todo aquél que solicitase licencia para entregar un regalo debía ser conducido ante la princesa sin dilación ni excusa alguna.
Ya ante la princesa, para el asombro e incluso recelo de todos, pidió quedar a solas con ella. La princesa, tras mirar larga y profundamente a los ojos de aquel hombre, ordenó que así fuera. Una vez solos, aquel hombre, de humilde condición y sencilla apariencia, extrajo de debajo de su raído sayo un libro primorosamente encuadernado. Y sus manos, rudas y firmes, que hablaban de azadas y surcos, de duras labores del campo, parecían tornarse delicadas, hasta etéreas, mientras seguían una cuidada caligrafía, a la vez que, su voz, profunda y cálida iba recitando las más hermosa poesías que jamás escuchara la princesa que, sin poder contener la profunda emoción que emanaba de su corazón, sintió el fluir de una infinita ternura líquida y salada empañar sus bellos y profundos ojos. Pero, cuando aquel hombre, terminó la lectura, ante el asombro y perplejidad de la princesa arrojó el libro a las llamas de la chimenea. La princesa exclamó: "¿Por qué lo quemas si son las más bellas poesías que jamás escuché? nunca otras despertaron en mí tan intensos sentimientos ni calaron tan profundamente en mi corazón. ¿Por qué lo has quemado? ¿Por qué?". "Princesa, lo he quemado, porque no quiero que jamás nadie pueda cambiar ni alterar ni una sola de las palabras que sirvieron para expresar lo que vos me inspirasteis, ni los sentimientos que ellas reflejan y que, son los mismos que vos ahora habéis sentido, pues, vuestras lágrimas han sido la respuesta a las que antes yo derramé al escribirlas. Por eso, princesa, si vos fuerais eterna, ellos, y vuestro emocionado llanto, me harían eterno a mi en vuestro corazón." la princesa llamó a su padre y a toda la corte. Y ante ellos, tomando de la mano a aquél hombre y vivamente emocionada, anunció: "Este, este hombre de humilde condición y sencilla apariencia, pero, de tan exquisita sensibilidad, será mi marido... y vuestro rey."27/11/2008 9:12:14
Hace tanto tiempo que ya casi nadie recuerda donde ni cuando, existió un pequeño reino regentado por un anciano soberano admirado y respetado por su sabiduría y estricto sentido de la justicia, así como por su generosidad, proverbiales, incluso, entre los reinos vecinos. Pero mayor era, aún si cabe, la admiración que despertaba su única hija, la joven princesa, pues, a su gran hermosura, unía una profunda inteligencia así como una exquisita sensibilidad que cultivaba con el estudio y la lectura de bellas poesías.
El anciano rey, viendo que la princesa no parecía mostrar interés por ninguno de los numerosos pretendientes que aspiraban a ganar su corazón, temía, dada su avanzada edad, no alcanzar a ver realizado su más ferviente deseo: ver asegurada la continuidad de su dinastía en un vástago. Por eso, un día, decidió confiar a su hija sus temores. La princesa que amaba y respetaba muy profundamente a su padre, tras unos momentos de reflexión, respondió: "Bien, padre. Acepto casarme y así satisfacer tu mayor deseo. Pero con una condición. Me casaré con aquél que, noble o vasallo, príncipe o plebeyo, rico o pobre sea capaz de hacerme un regalo muy especial. Un regalo que sea eterno."
El anciano monarca, que sintió renacer en él la esperanza, rápidamente mandó llenar las calles y plazas de su reino con pasquines y proclamas y emisarios a todos los reinos vecinos anunciando que todo aquél que lo desease, fuera cual fuera su condición, podía aspirar a la mano de la princesa y al trono, si su regalo era eterno. Pronto pudieron verse en aquel castillo, codeándose, unidos todos por un mismo anhelo, a príncipes, nobles, vasallos y plebeyos. Fuéronle ofrecidos los presentes más diversos y a cual más valioso. Pero, todos, uno a uno, fueron rechazados, ya que, de ninguno podía asegurarse fuera capaz de resistir el paso de la eternidad, pues, hasta las más duras tallas de cristal de roca eran vulnerables a un simple golpe o caída fortuita, así como a la acción del fuego. Poco a poco, el desánimo fue extendiéndose y a medida que transcurrían los días y disminuía el número de pretendientes, crecía el desasosiego del venerable anciano que, cada vez más, temía ver acabados sus días sin poder abrazar al sucesor de su linaje. Hacía ya largo tiempo que nadie se presentaba con presente alguno y ya nadie confiaba en ver desposada a la princesa, cuando se presentó un hombre, de humilde condición y sencilla apariencia, pidiendo ser conducido ante la princesa para hacerle entrega de su presente. Su aspecto provocó sonrisas y comentarios no exentos de cáustica ironía. Más, las ordenes eran concretas y precisas: todo aquél que solicitase licencia para entregar un regalo debía ser conducido ante la princesa sin dilación ni excusa alguna.
Ya ante la princesa, para el asombro e incluso recelo de todos, pidió quedar a solas con ella. La princesa, tras mirar larga y profundamente a los ojos de aquel hombre, ordenó que así fuera. Una vez solos, aquel hombre, de humilde condición y sencilla apariencia, extrajo de debajo de su raído sayo un libro primorosamente encuadernado. Y sus manos, rudas y firmes, que hablaban de azadas y surcos, de duras labores del campo, parecían tornarse delicadas, hasta etéreas, mientras seguían una cuidada caligrafía, a la vez que, su voz, profunda y cálida iba recitando las más hermosa poesías que jamás escuchara la princesa que, sin poder contener la profunda emoción que emanaba de su corazón, sintió el fluir de una infinita ternura líquida y salada empañar sus bellos y profundos ojos. Pero, cuando aquel hombre, terminó la lectura, ante el asombro y perplejidad de la princesa arrojó el libro a las llamas de la chimenea. La princesa exclamó: "¿Por qué lo quemas si son las más bellas poesías que jamás escuché? nunca otras despertaron en mí tan intensos sentimientos ni calaron tan profundamente en mi corazón. ¿Por qué lo has quemado? ¿Por qué?". "Princesa, lo he quemado, porque no quiero que jamás nadie pueda cambiar ni alterar ni una sola de las palabras que sirvieron para expresar lo que vos me inspirasteis, ni los sentimientos que ellas reflejan y que, son los mismos que vos ahora habéis sentido, pues, vuestras lágrimas han sido la respuesta a las que antes yo derramé al escribirlas. Por eso, princesa, si vos fuerais eterna, ellos, y vuestro emocionado llanto, me harían eterno a mi en vuestro corazón." la princesa llamó a su padre y a toda la corte. Y ante ellos, tomando de la mano a aquél hombre y vivamente emocionada, anunció: "Este, este hombre de humilde condición y sencilla apariencia, pero, de tan exquisita sensibilidad, será mi marido... y vuestro rey."27/11/2008 9:12:14
miércoles, 26 de noviembre de 2008
LA GRAFICA
TAPIA ARTEGA GABRIEL MARTIN
STEPHENIE FRANCO RIVERA
Baltasar López Vega
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
Maria Rubio Reyes
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
FRANCISCO JAVIER
MARTINEZ
Jesús Reina Rodríguez
Inocencio Reina
Tatarabuela
Tatarabuela
Reina Rodríguez
Tatarabuela
Tatarabuela
Virginia Sánchez Lara
Simón Sánchez Sustaita
Tatarabuela
Tatarabuela
Jacinta Lara Sibrian
Cruz Lara
Nieves Sibrian
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STEPHENIE FRANCO RIVERA
Baltasar López Vega
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
Maria Rubio Reyes
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
Bisabuelos
Tatarabuela
Tatarabuela
FRANCISCO JAVIER
MARTINEZ
Jesús Reina Rodríguez
Inocencio Reina
Tatarabuela
Tatarabuela
Reina Rodríguez
Tatarabuela
Tatarabuela
Virginia Sánchez Lara
Simón Sánchez Sustaita
Tatarabuela
Tatarabuela
Jacinta Lara Sibrian
Cruz Lara
Nieves Sibrian
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